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¿Terminaste una relación? Aquí te decimos cómo superarla y salir más fuerte
Superar una ruptura no es fácil, pero con el tiempo y el enfoque adecuado, es posible salir adelante.
Terminar una relación nunca es fácil, incluso si sabías en el fondo que era lo mejor. De repente, te enfrentas a un torbellino de emociones, preguntas sin respuesta y un vacío que no sabes cómo llenar. Y lo peor es cuando la gente te dice «ya, se te pasará», como si todo fuera tan sencillo. ¡Tranquilo! No estás solo, y aunque no hay una fórmula mágica, aquí te vamos a contar cómo superar una ruptura y salir más fuerte.
1. Permítete sentir
Lo primero que debes saber es que está bien sentirte mal. Es normal tener altibajos después de una ruptura: tristeza, enojo, frustración, y a veces hasta alivio. No te apresures a «superarlo» porque los demás te digan que deberías estar bien ya. Cada persona tiene su propio ritmo y necesitas procesar lo que estás viviendo. Llorar no te hace débil, al contrario, es una forma natural de liberar todo lo que estás sintiendo.
Lo importante aquí es permitirte sentir. Si necesitas un par de días para estar en pijama viendo tus series favoritas, ¡hazlo! Si te sientes emocionalmente abrumado, habla con un amigo cercano o escribe en un diario. Las emociones no se resuelven ignorándolas, sino enfrentándolas.
2. Rompe el contacto (al menos un tiempo)
Una de las tentaciones más grandes después de terminar una relación es seguir manteniendo el contacto con tu ex, ya sea por mensajes, redes sociales o incluso viendo cómo está en su vida. ¡Es un error! Mantener esa conexión solo te mantendrá en el ciclo de la relación, impidiéndote avanzar.
Si realmente quieres superar la ruptura, haz una pausa. No se trata de cortar todo de forma definitiva, pero sí de permitirte un tiempo sin esa constante interacción. Establecer límites, como dejar de seguirlo en redes sociales o poner el móvil en «modo silencio», puede ayudarte a dejar ir el pasado y empezar a sanar.
3. Haz cosas que te hagan bien
Una ruptura puede hacer que pierdas el rumbo, pero también es el momento perfecto para reconectar contigo mismo. ¡Haz algo que te haga sentir bien! Si siempre quisiste aprender a cocinar, tocar un instrumento o comenzar a correr, este es el momento. Las actividades que te apasionan no solo ocupan tu mente, sino que también te ayudan a sentirte más fuerte y más seguro de ti mismo.
Haz cosas que te diviertan y te hagan sentir bien. A veces la solución está en salir con amigos, probar algo nuevo o incluso darle un respiro a la mente y hacer una actividad relajante como yoga o meditar. Deja que la vida te ofrezca nuevas experiencias.
4. Cambia de entorno (aunque sea un poco)
La rutina, los lugares comunes y los recuerdos compartidos pueden convertirse en un recordatorio constante de lo que ya no está. Si es posible, intenta cambiar algo en tu entorno: reorganiza tu espacio, cambia el lugar donde sueles ir a relajarte o incluso haz una pequeña escapada a algún sitio que no te recuerde a tu ex. Un cambio de perspectiva puede ayudarte a darle un giro a tu vida y salir de ese ciclo mental de «lo que era».
No hace falta hacer cambios radicales, pero sal de tu zona de confort. La idea es empezar a construir nuevas memorias sin la constante sombra del pasado.
5. Reflexiona sobre la relación (pero no te quedes ahí)
Es natural que, después de una ruptura, te quedes pensando en lo que salió mal, lo que hiciste o dejaste de hacer, o en todo lo que pudiste haber cambiado. Es parte del proceso. Reflexionar sobre la relación te permite aprender de ella, pero no te quedes atrapado en ese análisis.
Haz un esfuerzo por ver la ruptura no solo como una pérdida, sino como una oportunidad de crecimiento. ¿Qué aprendiste de esta relación? ¿Qué cualidades o actitudes vas a buscar en el futuro? Las rupturas nos enseñan mucho sobre nosotros mismos, sobre lo que queremos y lo que no. Pero lo más importante es que te ayuden a crecer y a ser más consciente de tus necesidades emocionales.
6. Dale tiempo al tiempo
«El tiempo lo cura todo» es una frase trillada, pero no por eso menos cierta. No te apresures a «superarlo todo» de inmediato. La sanación es un proceso, y cada persona tiene su propio ritmo. Puede que en un par de semanas ya te sientas mucho mejor, o puede que tarde un poco más. La clave es ser amable contigo mismo y no apresurarte.
Recuerda que, aunque ahora te sientas mal, el tiempo tiene una forma de poner las cosas en perspectiva. Lo que hoy parece imposible de superar, en unos meses probablemente se vea como una experiencia que te ayudó a crecer. Y en ese camino de sanación, te irás dando cuenta de que, poco a poco, la herida empieza a cicatrizar.
7. Abre tu corazón cuando estés listo
Una de las cosas más difíciles después de una ruptura es pensar que nunca volverás a amar a alguien. Pero, créeme, el amor volverá cuando estés listo. No apresures las cosas, pero también no cierres tu corazón permanentemente. Cada relación, buena o mala, te prepara para la siguiente, y una vez que superes el dolor, te sentirás más fuerte y sabrás mejor lo que realmente quieres en una pareja.
Terminar una relación es una experiencia que, aunque dolorosa, nos puede enseñar mucho sobre nosotros mismos. Lo importante es darte el tiempo y el espacio para sanar, rodearte de cosas que te hagan feliz, y reflexionar sin quedarte atascado en el pasado. La superación de una ruptura no es un camino lineal, pero con paciencia y autocompasión, saldrás más fuerte y con una mejor versión de ti mismo.
¡Así que adelante! Dale espacio a las emociones, haz cosas que te inspiren, y recuerda que el tiempo es un buen aliado. Porque, al final, lo que parece una despedida, es solo el comienzo de un nuevo capítulo.