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¿Por qué algunos cánceres de colon hacen metástasis en el cerebro? La genética podría tener la clave
Un reciente estudio revela cómo ciertos cambios genéticos podrían explicar por qué algunos tumores migran a órganos específicos, y qué significa esto para futuros tratamientos.
El cáncer colorrectal es uno de los más comunes a nivel mundial y, aunque su tasa de mortalidad ha bajado en los últimos años, sigue siendo responsable de uno de cada diez fallecimientos por cáncer. El riesgo aumenta considerablemente cuando el tumor se extiende a otros órganos como el hígado, los pulmones e incluso el cerebro. ¿Por qué ocurre esto?
Una investigación realizada en Alemania por el Instituto de Patología de la Facultad de Medicina de Hannover analizó más de 3.800 casos y encontró que las metástasis no solo dependen del avance del tumor, sino también de factores genéticos clave. El estudio, publicado en Nature Communications, descubrió que las células tumorales que migran al cerebro presentan un número significativamente mayor de cambios genéticos que aquellas que van al hígado o a los pulmones.
Uno de los genes implicados es el KRAS, conocido por su papel en el crecimiento celular. Cuando este gen muta o se duplica, puede favorecer el desarrollo del cáncer. En el caso de las metástasis cerebrales, esta alteración genética parece otorgar una ventaja para sobrevivir en un entorno tan desafiante como el cerebro, donde las células deben superar barreras naturales y adaptarse a un nivel bajo de oxígeno.
Además, el estudio revela que estos patrones genéticos en el cerebro suelen desarrollarse más tarde en el proceso de la enfermedad, a diferencia de otras metástasis que aparecen antes. Esto sugiere que el destino de las células tumorales no es al azar: los genes tienen un papel determinante.
Los investigadores creen que comprender mejor estas mutaciones no solo ayudará a predecir el comportamiento del cáncer colorrectal, sino también a encontrar nuevos puntos débiles que puedan usarse para desarrollar terapias personalizadas y más efectivas. La esperanza está en poder anticipar y evitar la formación de metástasis en órganos vitales.