
Derrame cerebral en Perú: proyección de muertes podría triplicarse para 2035, advierte nuevo estudio
El ACV es ya la segunda causa de muerte en el país y los pronósticos para la próxima década son alarmantes. La falta de políticas preventivas y el acceso limitado a atención especializada agravan el panorama.
El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus o derrame cerebral, se ha consolidado como una de las principales amenazas sanitarias en el Perú. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, el ACV es actualmente la segunda causa de muerte y la principal responsable de discapacidad permanente en adultos. Pero la situación podría tornarse aún más crítica: un estudio reciente proyecta que las muertes por esta causa podrían llegar a 91,412 en 2035, casi el triple de las 33,065 registradas en 2020.
La investigación, publicada en la revista Journal of Stroke and Cerebrovascular Diseases, posiciona al Perú entre los países con mayor proyección de incremento en mortalidad por ACV en América Latina, tanto en hombres como en mujeres. El estudio fue liderado por el investigador Smith Torres Román, de la Universidad Científica del Sur, quien alerta sobre la urgencia de implementar estrategias preventivas, inversión en salud pública y mejoras en el acceso a tratamiento oportuno.
En detalle, se prevé que las muertes por ACV en hombres pasarán de 16,522 en 2020 a 44,004 en 2035, mientras que en mujeres aumentarán de 16,543 a 47,408. Este crecimiento está estrechamente vinculado a factores como el envejecimiento poblacional, la hipertensión, el sedentarismo y el aumento sostenido de la obesidad.
A diferencia de naciones como Chile o Puerto Rico, donde se han aplicado políticas públicas efectivas con impacto positivo en la reducción de la mortalidad por ACV, el Perú no ha mostrado avances significativos. Además, solo entre el 10 y el 15% de pacientes llega al hospital dentro de la ventana terapéutica ideal, lo que limita las posibilidades de recuperación sin secuelas permanentes.
Uno de los puntos más críticos del estudio es la desigualdad en el acceso a tratamientos especializados como la terapia de reperfusión, disponible únicamente en grandes ciudades. Esto deja a millones de peruanos en situación de alta vulnerabilidad, especialmente en zonas rurales o con baja infraestructura hospitalaria.
Frente a este panorama, los expertos insisten en la necesidad de campañas de educación pública, detección temprana, implementación de protocolos de atención rápida y descentralización de servicios médicos especializados. Sin estas acciones, el ACV podría convertirse en la principal causa de muerte en el país antes de lo previsto.