
¿Cómo proteger la salud mental de niños y adolescentes en un contexto de polarización e inseguridad?
Ante contextos desafiantes, expertos detallan cómo promover el bienestar desde las escuelas, que pueden convertirse en el principal espacio protector para el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
En la actualidad, niñas, niños y adolescentes crecen entre la incertidumbre, la inseguridad y una profunda polarización social y política del país. Además de colectivo, el impacto también es íntimo, cotidiano y emocional. Según el Ministerio de Salud (Minsa), más de un millón de menores fueron atendidos por episodios depresivos en 2023, mientras que en lo que va de 2025 ya se han registrado más de 250 suicidios, la mayoría en personas de entre 15 y 34 años.
A esta situación se suman los problemas de convivencia escolar, identificados por el Ministerio de Educación (Minedu), y una constante necesidad de acompañamiento emocional en las escuelas. “Vivimos en una sociedad fracturada. Estamos en un panorama peligroso y esto ya empieza a verse en cifras de salud mental”, explica Nani Pease, doctora en Psicología y autora del estudio Ser adolescente en el Perú.
A este deterioro social también se suma los efectos de la crianza con tiempos más cortos para convivir en familia por las responsabilidades laborales, el traslado hacia centros de trabajo u otros que impactan en la ya compleja dinámica de las familias peruanas. “Los padres crían con poco tiempo y con poco espacio para hacerlo como quisieran”, agrega.
Entonces, ¿cómo devolver un espacio seguro para los jóvenes? Para la experta, un lugar clave son las escuelas, pues podrían aportar al desarrollo de herramientas emocionales, creación y planificación del proyecto de vida con sentido, a través de una tutoría fortalecida que brinde herramientas a los estudiantes para afrontar situaciones desafiantes.
- Desarrollo de habilidades socioemocionales: para regular emociones, construir vínculos sanos y manejar los desafíos de la vida. Además de prevenir la ansiedad o el acoso, fomentan una ciudadanía empática y resiliente. «Las habilidades socioemocionales son capacidades que nos permiten conducir nuestra vida con bienestar», precisa Pease.
- Construcción de un proyecto de vida con sentido: Muchos adolescentes sienten que su futuro es incierto. Guiarlos en la formulación de metas realistas, ligadas a su contexto y aspiraciones, les brinda propósito y protección emocional. “Una escuela que promueve el bienestar tiene la virtud de ayudarles a hacer proyectos de vida realistas y planificados”, agrega la académica.
- Tutoría fortalecida: La tutoría debe ser un espacio afectivo, donde se construyan vínculos de confianza entre docentes y estudiantes, se identifiquen situaciones de riesgo y se promueva el bienestar integral. “La tutoría es el espacio idóneo para trabajar el bienestar», acota.
A todo ello se suma una demanda urgente: que las escuelas sean reconocidas como espacios de cuidado en el presente, no solo como preparadoras del futuro. “La escuela debe dejar de ser un lugar de exigencia únicamente académica para convertirse en una comunidad de contención, participación y bienestar. Recordemos que la escuela no solo forma académicamente, sino que prepara a los jóvenes para la vida”, considera el coordinador de bienestar y tutoría de Innova Schools Víctor Vásquez.
En un contexto de creciente tensión social y emocional, el experto señala que, garantizar el bienestar de las niñas, niños y adolescentes es una responsabilidad colectiva. “Las emociones impactan directamente en el aprendizaje. Por eso es importante fomentar las habilidades socioemocionales como la empatía, la autorregulación, la resolución de conflictos y el trabajo colaborativo para promover la salud mental y una sana convivencia”, detalla.
El rol de cuidar la salud mental de los menores no puede postergarse. Frente a un entorno desafiante, es importante que las familias, los docentes, las autoridades y el sector privado trabajen de forma conjunta y articulada por el bienestar integral de los niños y jóvenes para que se sientan valorados y acompañados para vivir y construir su futuro con sentido.