
Artrosis de cadera: Cómo mantener una buena calidad de vida
Los atletas de alto impacto, los obesos, las mujeres, la edad avanzada, tener antecedentes familiares de displasia de cadera, lesiones previas no tratadas y el consumo indiscriminado de corticoides son los factores de riesgo más frecuentes.
La artrosis de cadera es una de las principales causas de dolor y rigidez en adultos. A menudo se confunde con molestias normales de la edad, pero cuando caminar, subir escaleras, o simplemente levantarse de una silla se vuelve una tarea difícil, el cuerpo está dando señales de que algo marcha mal. Se estima que entre 242 y 600 millones de personas en el mundo sufren de esta enfermedad degenerativa irreversible.
El traumatólogo Henry Deza, de la Clínica Ricardo Palma, explica que la artrosis de cadera también conocida como coxartrosis, afecta al cartílago de esta articulación y cuando no es tratada de manera oportuna puede disminuir significativamente la calidad de vida de quien la padece, causando limitaciones en la movilidad, problemas para realizar las actividades diarias y muchísimo dolor.
Los atletas de alto impacto, los obesos, las mujeres, la edad avanzada, tener antecedentes familiares de displasia de cadera, lesiones previas no tratadas y el consumo indiscriminado de corticoides son los factores de riesgo más frecuentes de esta afección que no tiene cura y se diagnostica a través de un examen físico de exploración y de estudios de imágenes (rayos X: AP pelvis centrada en pubis).
El tratamiento depende del estadio en que se encuentre la patología y de la calidad de vida del paciente al momento del diagnóstico. Este puede clasificarse en dos categorías: no quirúrgico y quirúrgico. Dentro de las opciones no quirúrgicas se incluyen la terapia física, el uso de analgésicos, los cambios en hábitos y estilo de vida, y la infiltración con corticoides. Cuando estas alternativas no logran reducir el dolor ni mejorar el rango de movimiento, y el dolor junto con la limitación funcional continúan en aumento, se considera el tratamiento quirúrgico, siendo el reemplazo total de cadera la opción indicada.
Para evitar crisis de dolor se recomienda:
- Mantener un peso adecuado para que la enfermedad no progrese más rápido.
- Tomar la medicación prescrita por el especialista.
- Aplicar compresas de calor en la zona afectada.
- Adquirir buenos hábitos posturales. Evitar sentarse en sillones o sofás hundidos.
- Realizar ejercicios. Caminar, nadar y montar bicicleta son buenas alternativas.
- Reposar cuando hay dolor.
- Evitar cargar pesos excesivos, no caminar por terrenos irregulares y no permanecer mucho tiempo de pie.
- Usar calzado de suela gruesa flexible.