
¿Sequedad ocular y visión borrosa tras el embarazo? Conoce por qué sucede y cómo tratarlo
Condiciones como el ojo seco en el postparto o el aumento de la miopía durante el embarazo son más frecuentes.
La maternidad es una etapa transformadora que implica importantes cambios físicos, emocionales y hormonales. Durante este proceso, las mujeres enfrentan múltiples desafíos y toman decisiones clave para su bienestar y el de su familia. En medio de esta transición, la salud visual también puede verse afectada. Conocer sus causas y tratamientos puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las madres.
Durante el embarazo y el postparto, muchas mujeres reportan molestias visuales como sequedad ocular, picazón o visión borrosa. Estas alteraciones no siempre se deben a problemas estructurales del ojo, sino que están asociadas a cambios hormonales transitorios. El aumento en la retención de líquidos y del volumen sanguíneo puede modificar temporalmente la forma del globo ocular y afectar la visión.
Se estima que entre el 10 % y el 20 % de las mujeres pueden desarrollar ojo seco en el postparto, mientras que la miopía afecta aproximadamente al 23,9 % según la Sociedad Española de Oftalmología (SEO). “Aunque estos cambios visuales suelen ser transitorios, si no se tratan a tiempo pueden generar consecuencias permanentes en la salud ocular de la mujer”, señala el Dr. Carlos Siverio Llosa, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
¿Por qué aparece el ojo seco en el postparto?
El síndrome de ojo seco se presenta cuando el ojo no produce la cantidad o calidad adecuada de lágrimas. En el postparto, los niveles de estrógeno y progesterona bajan drásticamente, lo que puede afectar las glándulas lagrimales. Además, factores como el cansancio extremo, las horas prolongadas de lactancia y el uso frecuente de pantallas pueden agravar la sensación de sequedad ocular, ardor o sensación de cuerpo extraño.
La miopía puede aumentar durante el embarazo
Otro fenómeno visual común en el embarazo es la progresión temporal de la miopía. Esto se debe a la retención de líquidos que puede modificar ligeramente la curvatura de la córnea o el grosor del cristalino, afectando el enfoque de la visión lejana. Aunque en muchos casos la graduación vuelve a la normalidad después del parto, en otras puede mantenerse o incluso empeorar.
Tratamientos y recomendaciones
Para la miopía:
Es importante realizar un control visual durante y después del embarazo. Si la graduación cambia de forma significativa, puede ajustarse temporalmente con lentes. Si la mamá considera realizarse cirugía refractiva, debe realizársela al menos seis meses después del parto para que la medida se estabilice.
Para el ojo seco:
Además del uso de lágrimas artificiales sin conservantes, se aconseja el descanso visual frecuente, una adecuada higiene palpebral y una dieta rica en omega 3 para aliviar los síntomas. En casos más severos, el oftalmólogo puede indicar tratamientos específicos como geles, ungüentos o lágrimas con fórmulas avanzadas.
Actualmente, existen también dispositivos especializados que permiten tratar el ojo seco de manera más eficaz, especialmente en casos moderados o crónicos que deben ser indicados y supervisados por un especialista en salud visual, quien evaluará el protocolo más adecuado según la causa del ojo seco: si es evaporativo, por déficit acuoso o mixto.